Nabil (nombre ficticio) nunca había visto antes una P.E.M.P. (Plataforma Elevadora Móvil de Personal). En su periplo vital, el destino le había llevado a vivir en Zaragoza, después de haber cruzado el mediterráneo en una embarcación junto con otros migrantes, en busca del sueño europeo. Nabil estaba nervioso, muy nervioso, ya al principio del curso, cuando tuvo que acceder a la plataforma de formación de Laboral Group para registrar sus datos, firmar la asistencia, etc. Sin embargo, Nabil tenía una cosa clara: él quería aprender a manejar una P.E.M.P. para así mejorar sus condiciones de empleabilidad y poder realizar trabajos de mayor especialización en su empresa actual. No quería desaprovechar esa oportunidad que se le estaba brindando. En la parte teórica del curso, Nabil se mostró atento y de vez en cuando anotaba algún dato en su cuaderno, aunque su timidez extrema se manifestaba cuando el tutor del curso le preguntaba o le requería su participación en el Aula…Está claro que todos los alumnos no tienen por qué ser expertos en comunicación.

Al final de la parte teórica, Nabil realizó de forma exitosa la evaluación de sus conocimientos, por lo que pudo seguir adelante y comenzar con las prácticas reales de manejo de una P.E.M.P. Imaginaros la cara de sorpresa y miedo que se le quedó a Nabil cuando, tras acceder al espacio de prácticas y encontrarse aquel "monstruo" con ruedas,  vio como otros compañeros que tenían alguna experiencia previa en su manejo, se colocaban los EPI´S y se subían a la plataforma, realizando los ejercicios que el tutor les planteaba. Tras pasar el primer ejercicio todos los compañeros de Nabil, llegaba la hora de la verdad, y con el arnés puesto, el casco abrochado y en compañía del tutor, comenzó a manejar el "joystick" que controla los movimientos de la máquina. Las manos le temblaban y al principio tardó un poco en comprender la dinámica de aquellos botoncitos de colores dispuestos de una forma un tanto arbitraria, aunque poco a poco y con la ayuda del tutor y sus compañeros, ¡¡se atrevió a dar su primer paseo en plataforma móvil!! Lo cierto es que para Nabil era su primer paseo en cualquier tipo de artefacto autopropulsado donde él fuese el conductor. Siempre alguien antes le había llevado (el autobús para salir de su país, la patera para cruzar el estrecho, la furgoneta para ir al tajo…). Cuando se bajó de la P.E.M.P. todavía le temblaban las piernas. En el segundo ejercicio, fue un compañero el que le acompañó, y Nabil ya fue capaz de realizar las maniobras sin ayuda. En el tercer ejercicio, Nabil fue el dueño y señor de la P.E.M.P. y sin ningún tipo de ayuda ni acompañamiento pudo manejar el equipo y acceder a los distintos puntos en altura. Cuando se bajó de la máquina mostró su felicidad y una sonrisa iluminó su cara por primera vez en todo el curso cuando sus compañeros rompieron en aplausos y le jalearon.

Nabil no solamente había aprobado el curso, Nabil empezaba a ser dueño de su propia vida.