El artículo 19 de la Ley 31/1995 establece que: “… el empresario deberá garantizar que cada trabajador reciba una formación teórica y práctica, suficiente y adecuada, en materia preventiva…”
Los objetivos de la citada formación son múltiples. Uno de los más importantes es capacitar a la persona trabajadora para que pueda tomar decisiones que garanticen su seguridad y su salud. Hablamos, por ejemplo, de tomar la decisión de detener el trabajo e informar a un superior jerárquico ante una anomalía en un equipo de trabajo, de no ceder al impulso de emplear una carretilla elevadora para elevar a un trabajador con la finalidad de “acelerar los trabajos”; o de no poner fuera de funcionamiento dispositivos de protección para “trabajar más rápido”.
Todos estos ejemplos implican tomar decisiones y los técnicos en prevención esperamos que, gracias a la formación y al entrenamiento, los trabajadores/as tiendan a decantarse por comportamientos seguros y saludables en el trabajo.
Pero, en este orden de cosas…¿Por qué los trabajadores/as continúan tomando decisiones que llevan a actos inseguros? Sin duda, parte de la respuesta se encuentra en ignorar el rol de las emociones en la toma de decisiones.
Es un error pensar que las personas, para tomar decisiones, seguimos un proceso analítico-racional. En la mayoría de ocasiones, las decisiones se basan en heurísticos (atajos mentales basados en reglas básicas que simplifican la toma de decisiones). Además, las emociones también juegan un papel informativo fundamental en la toma de decisiones.
El neurólogo, Damásio (1996), a través de su teoría del “marcador somático”, propone que la toma de decisiones está guiada por cambios homeostáticos sutiles o evidentes que el cuerpo genera. De esta forma, la persona actúa en respuesta a estímulos corporales que le son conscientes o inconscientes. El autor afirma que el cuerpo, por sí mismo, envía señales, traducidas en cambios físicos repentinos, acerca de las posibles consecuencias de nuestras elecciones antes de que las tomemos, disminuyendo así la carga mental en los procesos racionales necesarios en la toma de decisiones.
Este fenómeno explica, en gran parte, porque un trabajador que sufrió un accidente a consecuencia de un acto inseguro es menos propenso a volver a realizarlo. Esto es así debido a que, en el momento de tener que tomar la decisión, el trabajador experimenta fisiológicamente en su cuerpo las consecuencias de volver a adoptar el comportamiento inseguro y, en respuesta a ello, se decanta por un comportamiento seguro.
Sin embargo, no se debe pensar que es necesario atravesar una situación “traumática” para que se siembre un “marcador somático” en una persona. Estos marcadores pueden generarse a través de otras experiencias lejanas a situaciones dolorosas o traumáticas. Algunas posibles experiencias en esta línea pueden ser:
- Participar en dinámicas de grupo en las que deben resolverse problemas asociados a comportamientos inseguros de trabajo y conectar emocionalmente con las posibles consecuencias de los mismos.
- Participar en sesiones en las que personas afectadas por accidentes de trabajo comparten las consecuencias del accidente que han sufrido.
- Realizar ejercicios de investigaciones de accidentes, reconstruyéndolos desde sus consecuencias personales hasta las causas que dieron lugar a los mismos.
Todas estas actividades, entre otras que se pueden implementar, permiten trabajar el ámbito emocional dentro de las formaciones en prevención de riesgos laborales. Este cambio en la forma de enfocar las formaciones que se imparten, mediante la siembra de registros emocionales en la persona trabajadora, puede conllevar mejoras en la toma de decisiones hacia comportamientos más seguros en el trabajo.
Fuente: Corzo, M.A., Díaz, A., & Rodríguez, N.I. (2020). Marcador somático y toma de decisiones en operadores de Aeronaves Remotamente Tripuladas. Tesis Psicológica, 15(1), 126-147, Damasio, A. R. (1996). The somatic marker hypothesis and the possible functions of the prefrontal cortex. Philosophical Transactions of the Royal Society of London, 351(1346), 1413-1420 y Morandín-Ahuerma, F. (2019). La hipótesis del marcador somático y la neurobiología de las decisiones. Escritos de Psicología, 12(1), 20-29
Carlos Israel González Laboral Group Gran Canaria cgonzalez@laboralgroup.com - 678 700 800
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